jueves, 17 de febrero de 2022

"Pintando huevos" por Ana Pérez Priego



No sé porque me salen en tik tok, tantos videos de gente pelando huevos crudos. Se tardan horas tratando de desprender el cascaron de la frágil membrana, usando pinzas de depilar, palillos y empujadores de cutícula. ¿Qué será, lo que nos da curiosidad? ¿El eminente fracaso de los ociosos? ¿La solidaridad de perder el tiempo con ellos? Ó ¿Descubrir un nuevo hobbie para la siguiente cuarentena?

 

La verdad nunca había visto un huevo crudo sin cascarón, conocía bien los huevos, motuleños, benedictinos, revueltos y divorciados. Huevos de rancho, huevos llenos de hormonas, huevos orgánicos y huevos de gallinas de libre pastoreo, había visto huevos morados, encogidos por el frio, huevos peludos y huevos rasurados, huevos holgados en escrotos caídos, hasta huevos pegados. Tanta gente habla de los huevos, cuantas veces no caché a mi primo, ahí nomas, echado rascándose los huevos.

 

En México en lugar de decir sí, decimos: "¡A huevo cabrón!" expresamos cariño con un: ¡Vales un hueval! Y en vez de jurar por Dios, puedes decir "¡Me cortó un huevo, a que esto es cierto!" Si vas a manejar en mi país, debes aprender a "pintar huevos", no como los cientos de huevos que yo pintaba para Pascua, sino, eso que se pintan con tanto gusto, para mandar a la chingada a alguien. Puedes amanecer y decir — "¡Huevos días, alegría!" O despertar con tanta hueva y quedarte todo el día en pijama, y aun que no tengas huevos, te van a decir "eres una huevona".  

 

No sé cuántas docenas de huevos hayan desperdiciado los creadores de contenido en redes sociales, pero te aseguro que, hoy en la noche, voy a necesitar un par huevos bien puestos para decirte, ¡Huevos tibios, una de dos: ¿o te vas tú o me voy yo? ¡Porque ya tienes hasta el huevo!

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3 comentarios:

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