martes, 22 de febrero de 2022

"Amarinegro" de Cecilia Carranza

El padre

La puerta de la casa de campo rechina al abrirla. –Necesito engrasar las bisagras –piensa. Entra al vestíbulo, sacudido por el calor y humedad. 

 

Amarillo esconde su cuerpo segmentado en el resquicio entre lo frío y metálico, y la rugosa madera. 

 

La madre

Corre las cortinas de manta blanca, marcadas por pequeñas manchas oscuras. Escucha algo apenas perceptible, que cae al piso. –Estas cortinas necesitan una lavada –, se dice.

 

Negro cae ante el movimiento imprevisto. Abultado se contrae, enrosca y se aleja rápido, encontrando refugio bajo el sofá. 

 

El hijo

Abre el closet para sacar su pelota y guante de béisbol. Le parece ver algo oscuro moverse. Cierra la puerta y sale al jardín.

 

El pequeño, se agazapa dentro de la tiniebla de un zapato, mientras su hermano sale corriendo, sube por la pared blanca y encuentra refugio detrás de los cajones. 

 

La madre

Los Lirios de Agua de Monet está inclinado. Apoya la rodilla derecha sobre el sofá y lo endereza. Se aleja para verlo, y lo ajusta de nuevo hasta que el cuadro queda recto.

 

El primer movimiento hace que amarillo avance pausado, de una esquina del marco a la otra. Ante la segunda oscilación, avanza contraído, alerta y con la cola erguida. 

 

La hija

Está recostada sobre la cama baja de la litera. Percibe una presencia mientras lee Mujercitas y el calor la aturde. Enciende el ventilador de pie, pero las páginas del libro vuelan. Lo aleja para que llegue el viento indirecto. 

 

Amarillo asoma sus pinzas por el tablón superior de madera. Extiende su longitud, avanza con las patas sincronizadas. Recién comió y encontró una guarida cálida.

 

La familia

Los cuatro se sientan a comer tostadas de pollo. La madre saca los ingredientes y utiliza las tostadas rotas para ella. El hijo se queja, no le gusta el jitomate. El padre se sirve el habanero amarillo. La hija abre el aguacate, decepcionada porque la mitad está negra.

 

Las otras familias están repartidas por toda la casa, la habitan. Bajo la mesa, una inmensa madre negra carga a cien crías amarillas sobre su caparazón. 


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Cecilia Carranza

55 43 60 50 67

1 comentario:

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