viernes, 11 de marzo de 2022

"ACCIÓN-CORTE-ACCIÓN" Cecilia Carranza

I


El sobre del laboratorio con los resultados seguía cerrado sobre la mesa de noche. Llevaba ahí varias semanas sin que Rosalina pudiera abrirlo. Para ella fue suficiente lo que le dijo el doctor.

Sus hijos ya habían salido de casa para estudiar la universidad en la capital. ¿Su marido? No sabía nada; él fue uno de los que salió a comprar cigarros. 

Desnuda en el baño, miró su reflejo en el espejo de cuerpo completo. Vio a una niña de pecho plano. Lo raro, lo que no encajaba, es que la niña no tenía pezones, pero sí dos rayas. Guion-punto-guion. El lunar al centro del pecho fue el punto que años atrás había sido lamido eróticamente por el hombre que se fue. No, no era un sueño, no era una pesadilla, no era una distorsión de la realidad, no eran las lágrimas en sus ojos. Había sido su propia elección ante saber que, de toda su familia, ella había sido la única ganadora y heredera de la mutación del gen BRCA2. Así que sola había elegido la mutilación de ambos senos.

 

II


La foto de Emilio recibiendo un Golden Globe estaba sobre la mesa móvil. Al lado, unos globos de helio dorados, la foto con sus compañeros de reparto en la exitosa serie, una botella de champaña, un arreglo con sus dulces favoritos y tarjetas con el "recupérate pronto" de los íntimos y cercanos a él. A sus treinta y dos años había triunfado en el difícil medio del cine y televisión. Era una figura reconocida en México y el extranjero. 

Su amigo El Chino con quién se llevaba pesado, entró a visitarlo. 

–¿Qué pedo con tus rulos carnal? –dijo Emilio. 

–Cabrón, yo me los corto o me dejo la greña–contestó jalando con las dos manos su casi afro. –¿Pero tú güey? O sea, ¿viniste a que te quitarán un juanete y se lo llevaron hasta abajo de la rodilla? 

Ambos soltaron una carcajada y evitaron mirar hacia la ausencia de la media pierna derecha sobre la cama del hospital. 


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Cecilia Carranza

55 43 60 50 67

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